Vino Sexto Elemento

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Somos una familia enamorada de la tierra. Disfrutamos juntos del cultivo y la elaboración de estos maravillosos vinos. Para los niños es como un juego, para los padres un trabajo duro que da unos frutos increíbles. He aquí nuestra filosofía:

El Cultivo

El viñedo que da origen a este vino son viñas viejas de 70 años de edad, que se cultivan de la manera tradicional, sin añadidos químicos, sin productos estimulantes para la planta, solo la naturaleza y la mano del agricultor son los ingredientes de este cultivo. Cultivamos buscando el equilibrio de la tierra y la planta, por ello nos regimos por fases lunares y los momentos más propicios para cada operación, tal y como lo hacían nuestros antepasados desde hace siglos, respetando los ciclos de la naturaleza. Es trabajar en buena coyuntura que decían ellos y que razón tenían. Se vendimia cuando la uva ha llegado al final completo de su maduración, cada año es distinto en función del clima, pero tenemos claro que la madurez debe ser perfecta, por ello esperamos al máximo justo cuando la planta ha terminado de hacer su trabajo. Para saber cuándo la madre naturaleza ha terminado el proceso de maduración hace falta tener experiencia en la cata del fruto, y conocer bien la variedad, por lo que día a día se catan las uvas y se van seleccionando parcela a parcela el momento óptimo de la vendimia. Se recoge a mano, en cajas de 15 kilos y se realiza una selección en campo escogiendo solo aquellos frutos que están perfectos para lo que nosotros buscamos.

 

La Elaboración

Esta parte es la menos importante pero la más decisiva. Es la menos importante porque no podemos mejorar lo que la madre naturaleza ha creado, por ello no añadimos nada que modifique su sabor. Fermentamos sin añadidos químicos y con las levaduras autóctonas, es la manera que mejor se expresa el terroir y como siempre se han hecho los vinos.Pero es la más decisiva, intentamos conservar ese tesoro que nos regala cada fruto sin que se pierdan cualidades. Nuestra forma de trabajo es totalmente artesanal, trabajamos bajo la premisa de mínima intervención y no hacemos ningún proceso que pueda dañar al vino. (filtrado, calentamiento, centrifugados, clarificaciones, etc.) No intervenimos en prácticamente nada, de esta manera se conserva la auténtica expresión del fruto, sus aromas son originales y su sabor auténtico.La crianza se realiza en barricas de roble francés y americano. El tiempo que permanece en barrica depende de cada añada. Nuestra manera de entender el vino es de máximo respeto, es él quien nos va marcando la pauta de trabajo. Hay añadas que está 12 meses en roble , otras 15, otras 20, depende de lo que cada vino necesita. En botella están entre 12 meses y 35 meses antes de salir al mercado, al igual que el tiempo en barrica, depende del vino.Tenemos plena libertad para realizar una crianza adaptada a las necesidades de cada vino, favoreciendo al máximo la expresión de la añada. Para ello hay que escucharlo y saber entenderlo y sobre todo ofrecerle mucho cariño.

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